Un abecedario sin letras
Tiempo atrás hubo gente que afirmó que yo poseía el don de la palabra, que cuál abuelo con su nieto yo siempre poseía una historia que contar al amigo. Tanto era así que llegaba a rayar y cansar con frecuencia; que no me callaba ni debajo de agua.
Sin embargo no es así ahora. Aquí me veis, a las tantas de la madrugada estrujándome los sesos para escribir apenas unas palabras carentes de sentido. Sin historias, sin cuentos, sin chistes... sin nada.
Intento pensar en la razón de éste vacío de ideas pero no encuentro respuesta, no sé si mi vida a dejado de ser algo interesante, si estoy demasiado centrado en los estudios o si hay cualquier otra razón que mantenga mi mente en blanco. Sinceramente no lo sé.
Solo sé que me siento como un abecedario sin letras.
Sin embargo no es así ahora. Aquí me veis, a las tantas de la madrugada estrujándome los sesos para escribir apenas unas palabras carentes de sentido. Sin historias, sin cuentos, sin chistes... sin nada.
Intento pensar en la razón de éste vacío de ideas pero no encuentro respuesta, no sé si mi vida a dejado de ser algo interesante, si estoy demasiado centrado en los estudios o si hay cualquier otra razón que mantenga mi mente en blanco. Sinceramente no lo sé.
Solo sé que me siento como un abecedario sin letras.
Esas sensaciones de yo era y ahora no soy es mejor ignorarlas, porque si no acaba uno obsesionado y al final de verdad que se acaba bloqueado y sin hacer nada. Y eso de que ya no tengas historias, a mí al menos no me lo parece. Yo lo sigo diciendo y pensando.
Un abrazo desde Alemania.
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