Enemy Within

Pido perdón por todas esas veces que culpé al mundo de mi desdicha. Al mundo en abstracto (la vida y las circunstancias que se dan en ella) y al mundo en particular (todas y cada una de las personas que habitan este pedazo de roca y agua). Pido perdón también al destino por cagarme en sus muertos, y a la suerte por tacharla de ramera. Pido perdón por todas las veces que levanté mi vista hacia el cielo y dije "ya te vale".
Pido perdón, en definitiva, por haceros culpables de algo que no hicisteis, por no darme cuenta que el mayor culpable, mi mayor enemigo, soy yo mismo.

Aún no me había fijado unos buenos propósitos para el nuevo año (aparte del empezar a enderezar mi vida académica) y creo que ya va siendo hora. Debería cerrar más la boca y abrir más el oído. Pero claro, ésto mismo me dije el año pasado y miren donde estamos...

Y es que no hay mejor forma de empezar con buen pie el año que metiéndolo hasta el fondo.



Ya veis que he vuelto. Desde luego no es éste el post más bonito para empezar el año pero es lo que hay. He vuelto con varias ideas en la cabeza para mejorar éste rinconcito punto-com, pero a la espera de que la señora Dña. Inspiración acuda a echarme una mano. Hasta entonces, no puedo sino ofreceros más de lo mismo, más de lo de siempre. Espero que tengais un feliz año.