La sombra tras el cristal

Aunque ahora no pudiera verlos, ya los había visto antes. Tiempo atrás, cuando no era él el destinatario de aquellas miradas, los había visto. Había apenas atisbado la insondable profundidad que se escondía tras aquel azul turquesa. Quisiera haber entrado, haberse sumergido en aquel mar de aguas vírgenes. Haber explorado los rincones de aquella alma joven y llena de vida, haber palpado el perfil de aquel corazón sintiendo cada uno de aquellos latidos.

Pero aquel deseo le fue denegado. Aquellos dos azabaches prefirieron entregarse a las falsas promesas de placer que le brindarían más penas que alegrías. Se entregaron a aquella vida que la llenaría de cicatrices mal curadas y heridas abiertas, mientras él contemplaba impotente el ocaso de aquel, otrora, espíritu libre.

Ahora no podía verlos porque algo se interponía entre él y ellos. Era el residuo del falso amor, el producto de años de dolor. Aquel espíritu que había logrado volver a ser libre pero que no había, en cambio, logrado ser el mismo. Ahora que en la libertad de éste él creía ver una oportunidad, aquellos dos círculos oscuros le habían cerrado el paso. Eran mucho más que el dolor convertido en miedo. Eran una barrera infranqueable, un candado para el que no había llave que atrancaba la puerta de aquella alma, que le impedían siquiera soñar con naufragar en aquel mar turquesa. Aquellos dos cristales negros le impedían ver lo que él más ansiaba; sus ojos.

Darksun "La sombra tras el cristal"